El franquismo no está superado sociológicamente
He visto un comentario en menéame que resume perfectamente la situación de España respecto al franquismo:
Garzón pidió el certificado de muerte de Francisco Franco. Tenía motivos para dudar de su fallecimiento, pero creo que le dieron un papel falso. A ver si no como se entiende que cada 20N más los periódicos aún lo tengan por noticia. Porque Franco sigue vivo, peligrosamente vivo. Me lo encuentro en esas estatuas que galopan en las plazas. El dictador sobrevive en las sentencias de algunos –muchos, demasiados– jueces. Perdura en la frecuente impunidad de la policía y en la opacidad de los ejércitos o en las conversaciones de las salas de banderas de los cuarteles. Lo veo en el rey y en las declaraciones de su consorte. Lo sigo viendo cada verano en el usurpado Pazo de Meirás. Me lo encuentro en ginecólogos y en farmacias sin condones, en historiadores y tertulianos; pero sobre todo en la religión, en los delirantes e injustificables dineros que a la iglesia se regalan, en las clases de religión de las escuelas laicas o en el crucifijo, con cadáver incluido, que aún hoy preside el pleno del ayuntamiento de mi pueblo. Lo oigo a diario en la COPE y lo veo en carne y hueso cuando su nieta baila en la televisión pública pagada con nuestro dinero, sin más justificación que ser nieta de quien es.